Es muy importante hacer ejercicio y mantener la postura correcta por que de esta manera se mantiene en la función óptima de la mayor parte de la economía: respiración, digestión, circulación, y otras.
Los músculos realizan un duro trabajo que
pasa desapercibido, aún cuando solo se trate de una situación tan cotidiana como levantar el cuerpo y manteniendo la postura, todo esto en contra la gravedad. Cuanto más usa la gente sus músculos, más fuertes se vuelven. Y los músculos en desuso no se mantienen iguales; la falta de uso los lleva al desgaste, o a la atrofia.
El ejercicio es una herramienta útil para el control de
glucosa en la enfermedad de Diabetes Mellitus siempre y cuando se tenga niveles
controlados de glicemia. En una situación de la glucosa del plasma elevado, o
hiperglucemia, no se debe realizar ejercicio físico debido a la producción de
cuerpos cetónicos que inducen a una cetoacidosis diabética en la diabetes
mellitus tipo 1. La respuesta o protocolo a seguir frente a esta situación es
la de reposo absoluto junto a la ingesta de agua para la excreción de glucosa a
través de la orina y una inyección de las unidades de insulina correspondientes
si el paciente posee diabetes mellitus tipo 1 ya que la producción de insulina
es nula o casi inexistente y el cuerpo busca otras fuentes de energía dando
lugar a la cetogénesis (síntesis de cuerpos cetónicos). Si el individuo no es
insulinodependiente, diabetes mellitus tipo 2, la actividad física durante la
hiperglucemia en algunos casos favorece a la sensibilidad de insulina en el
organismo dando origen a una estimulación de la glucogenogénesis, reduciendo
los niveles de glucosa en sangre. Aunque la situación idónea para realizar
ejercicio físico en pacientes con esta patología se da al tener niveles de
glicemia favorables, 75-145 mg/dl, junto a una ingesta de carbohidratos que
evite la hipoglucemia, niveles bajos de glucosa en sangre, dependiendo del
volumen de actividad física y el esfuerzo que requiera dicha actividad.
La diabetes tipo 2 está relacionada con la obesidad y hay
una conexión entre la diabetes tipo 2 y la grasa almacenada en las células
pancreáticas, musculares y hepáticas. Por esta razón, se ve que la pérdida de
peso y la dieta ayudan al incremento de la sensibilidad de la insulina en la
mayoría de las personas. En algunos casos, el efecto puede ser potente y
resulta en control normal de la glucosa. Aunque técnicamente nadie ha curado la
diabetes, existen individuos que viven vidas normales sin el miedo de
complicaciones relacionadas con la diabetes; sin embargo, los síntomas pueden
volver a aparecer con el aumento de peso.
Derivado del ejercicio y para incorporar más oxígeno del ambiente y eliminar el
dióxido de carbono de la sangre se aumenta el volumen de ventilación alveolar.
Aumenta el volumen corriente y la frecuencia respiratoria. Es decir hay mayor
numero de movimientos ventilatorios por minuto y cada uno de estos movimientos
presenta mayor amplitud. El consumo de oxígeno es el resultado del volumen
minuto cardíaco por la diferencia arteriovenosa de oxigeno. En el ejercicio es
de destacar que aumenta la difusión del oxigeno como consecuencia de aumentar
el área de intercambio por el mayor reclutamiento de capilares y además por
esta misma razón disminuye el espacio muerto alveolar.
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